Dios creó miles de millones de ángeles antes de toda creación por existir. En esas mismas bellas criaturas celestiales se encontró un rebelde, y quien arrastró a la tercera parte de los ángeles que Dios creó, con él. Si se nos permitiese mirar a estos ángeles, caeríamos muertos de la emoción, pues no estamos hechos con gracia divina, puesto que la perdimos cuando Adán y Eva pecaron en el paraíso. Lo mismo pararía si miráramos el infierno.
Los Arcángeles tienen el poder y la divinidad de transformarse en seres humanos para cumplir misiones de Dios.